El es Davis Beltrán, desde muy pequeño salvaba animales desprotegidos. En su refugio de fauna le brindaba ayuda principalmente a Zarigueyas y Gallinazos (Chulos) pero además le ofrecía hogar a otros animales silvestres.
Su refugio de animales que estaba ubicado en Cali, se llama "Casita del Bosque" y funcionó con normalidad hasta mediados de 2016, cuando la autoridad ambiental decidió decomisarle todos los animales que había recuperado por no tener permisos legales. La corporación autónoma regional del Valle del Cauca, CVC, antes de ayudarle, destrozó el proyecto de educación ambiental de Davis y todo el proyecto ecológico y personal que había construido con las mejores intenciones.
Intenciones que no bastaron para que en un acto ilógico, fundamentado en "trámitología" legal, estropeara la misión educadora y protectora que había iniciado Davis desde una perspectiva novedosa : el cuidado de animales que sufren de rechazo generalizado.
Destrozado vio como los animales eran llevados por la CVC, desconcertado por no saber ni conocer el paradero, por ejemplo, de su gran amigo, Abelardo, (foto) quien se había convertido en un acompañante fiel en sus labores diarias. Todo su clan de Zarigueyas quedó a disposición de la autoridad ambiental, también sin saber nada de ellas, mientras, solo podía dar gracias a las personas que intentaron ayudarle para que su Casita del Bosque no fuera cerrada, pero así fue.
Su decepción también es la nuestra, creemos que las corporaciones autónomas son amigas de las personas y organizaciones que trabajan por los animales y el ambiente pero todo indica que es lo contrario. En Ocaña faltó rogarle a CORPONOR una unión para salvaguardar Guacamayas en cautiverio pero nunca prestaron atención.
Davis trabaja desde principios de 2017 a reconstruir su proyecto, ha escrito en su redes sociales que hará todo lo posible para reconstruir su proyecto y lo está logrando a punta nuevamente, de buenas intenciones.
M. Alejandro Lemus
Con información de facebook, El Tiempo, El País y Youtube.